El principal objetivo del
tratamiento es controlar la replicación del VIH y reforzar la capacidad del
sistema inmunitario del organismo. Esto se ha conseguido con los medicamentos antirretrovirales
(antirretrovirus), que han logrado frenar la progresión de la enfermedad y
reducir el riesgo de aparición de enfermedades oportunistas.
Actualmente, con la terapia
antirretroviral se puede conseguir el restablecimiento de la capacidad de respuesta
inmunitaria celular, que se evidencia en el aumento de los linfocitos T-CD4 y
la disminución de la cantidad de virus en sangre (carga viral). Los fármacos
TARGA (terapia antirretroviral de gran actividad) son muy eficaces para detener
el avance de la infección y mejorar la salud de las personas con VIH.
El indicio del tratamiento de
toma conjunta es una decisión que se debe tomar siempre de forma conjunta con
el médico quien evaluará el estado del sistema inmunitario, el estado de salud
general y otras circunstancias de/la barra paciente antes de decidir el momento
de empezar la terapia y el tipo de tratamiento recomendado.
Se ha demostrado que en la
infección por VIH los requerimientos nutricionales aumentan entre el 10 y el
30% y, también, que el propio proceso infeccioso afecta especialmente al
sistema gastrointestinal (náuseas, diarreas, etc.), dificultando la correcta
absorción tanto de nutrientes como de medicamentos. Con estos datos podemos
deducir que la clave en la terapéutica del VIH
es que el tratamiento farmacológico se acompañe de una buena
alimentación.
EFECTOS SECUNDARIOS
Al igual que otros fármacos
indicados en el tratamiento de enfermedades cónicas, los antirretrovirales
pueden ocasionar efectos secundarios, como náuseas, cansancio, diarrea, etc.
Algunos de estos efectos adversos aparecen inmediatamente después de iniciar el
tratamiento, aunque desaparecen pocas semanas después. Otros, como la
alteración de la distribución de la grasa corporal, se manifiestan de forma más
tardía.
Que un medicamento tenga efectos
secundarios significa que todas las personas que lo toman pueden o no
experimentar esos efectos. Sin embargo, estar bien informado al respeto puede
ayudar a evitar efectos indeseados.
Actualmente se pueden manejar la
mayoría de los efectos adversos. Es conveniente hablar abiertamente con el
personal médico sobre todos los aspectos del fármaco para el tratamiento del
VIH, sus posibles efectos secundarios y cómo prevenirlos o tratarlos.
¿QUÉ ES LA ADHERENCIA Y POR QUÉ
ES TAN IMPORTANTE?
Se denomina adherencia a la
capacidad que tiene el paciente de implicarse correctamente en la elección, en
el inicio y en el control del tratamiento antirretroviral, de forma que
mantenga su cumplimiento riguroso con el objetivo de conseguir la adecuada
supresión de la replicación viral.
Aunque el cumplimiento correcto
del tratamiento prescrito por el médico es importante en cualquier enfermedad,
en la infección por el VIH resulta especialmente de vital importancia, ya que es
necesario mantener una determinada concentración del fármaco en la sangre para
que sea eficaz y no aparezcan resistencias.
Es fundamental que el paciente
tome el control de la enfermedad y sea exigente consigo mismo en cuanto a la
toma adecuada y habitual del medicamento, incorporando a tu vida diaria nuevos
hábitos (como dieta sana, ejercicio, etc.) que favorezcan el bienestar, así
como colaborando con el médico en el seguimiento del tratamiento.
RESISTENCIA A LA MEDICACIÓN
El hecho de no tomar la dosis
correcta, del modo adecuado prescrito por el profesional sanitario puede
peligrar la salud de una persona infectada por VIH, al propiciar un rápido aumento
de la carga viral y el desarrollo de cepas del virus resistentes a los
medicamentos.
Cuando el virus no está bien
controlado aprovecha la oportunidad para realizar copias de sí mismo a gran
velocidad. Al replicarse con rapidez, el VIH comete errores “de programación” y
produce copias con mutaciones. Cuando esto ocurre, la medicación habitual deja
de tener efecto sobre el virus, porque las nuevas copias del virus se han
vuelto resistentes al fármaco.
La resistencia se detecta cuando
se produce un aumento de la carga viral, mientras la persona con VIH está bajo
tratamiento. Si ésta es superior a 1.000 copias/ml, deberá hacerse la prueba de
resistencia para determinar los fármacos que se han vuelto resistentes y planificar
un nuevo tratamiento.
Para prevenir la aparición de
cepas de VIH resistentes, es fundamental el cumplimiento estricto del
tratamiento, entendiendo que la terapia es un compromiso a largo plazo.
La conclusión es que sin un
tratamiento que frene la replicación del VIH en el organismo, se produce una
progresiva y constante destrucción del sistema inmunitario de la persona
infectada, que empezará a desarrollar infecciones oportunistas y un
empeoramiento general de su salud.
RESULTADOS
Gracias a la terapia
antirretroviral, el VIH se está convirtiendo en una enfermedad crónica, es
decir, que por el momento no tiene cura (como la diabetes o la insuficiencia
cardiaca), pero sí un tratamiento muy eficaz para que el paciente tenga muy
buenas expectativas en cuanto su salud y calidad de vida.
Últimos estudios (HPTN 052) indican
que las personas tratadas con antivirales previenen su transmisión en un 96%. Vean:
No hay comentarios:
Publicar un comentario